Juego: Impetus.
Temática: Antigüedad
Escala: 15mm.
Fecha: 11/03/11
Lugar: Tiran Lo Dau
Jugadores: Dae y Salva
Otra nueva partida de Impetus, realizada el 11/03/11, de íberos contra romanos.
Cuando
aún no hemos descansado ni sanado nuestras heridas del enfrentamiento
con el llamado Publio Melón de Junio, viajeros del oeste llegados a la
Sala del Pueblo nos informan que el otro ejército romano que pelearon en
contra, tiene intención de pasar por la granja de Polifemo el Griego.
Mmmm
buen momento para destruir el segundo ejército de extranjeros. Tenemos
experiencia con las tácticas romanas y tenemos nuevos soldados que, con
el anterior triunfo, quieren derrotar al invasor romano.
Esta vez
son las tropas del llamado Pumpeyo, las cuales alcanzamos cerca de la
granja de Polifemo el Griego. Estos realizan un despliegue compacto y
dispuesto para romper nuestra formación íbera por el centro. Pero en
previsión de lo mismo, preferimos sacar unas unidades del centro de la
batalla, yu destacarlas por el flanco derecho, para poder envolver por
la retaguardia a las falanges romanas.
Lo
primero que hacen los romanos es enviar hacia adelante a sus
hostigadores, mientras que nuestras tropas íberas del flanco derecho,
avanzaban a la vez que el resto de las unidades centrales, raudas al
encuentro de los romanos.
Para
evitar que las unidades romanas rompieran nuestro compacto ejército
íbero, se decide desplegarlos en formación de media luna, siendo sólo
acosadas por los hostigadores romanos, que eran los únicos que se
enfrentaban a las tropas íberas. Mientras, el flanco derecho se dividió
en dos unidades; las unidades de infantería avanza desde la colina
cercana, obligando al flanco romano a enfrentarse a las unidades
surgidas, mientras que la caballería íbera del flanco sigue bordeando el
bosque.
En
vista de esta maniobra evolvente de nuestras unidades centrales, los
romanos deciden replegar a sus hostigadores, supongo que con la
intención que alguna unidad las persiga y se enfrenten al muro romano.
Mientras tanto, por el flanco derecho, los hostigadores romanos se
posicionan para enfrentarse a la dispuesta infantería de la colina. Las
unidades de mando romanas se giran para enfrentarse a la caballería
íbera que está empezando a aparecer por detrás del bosque.
Por la
zona central de la batalla, los íberos se van recolocando, para iniciar
el ataque final a los cansados romanos. Parte de la infantería se
recoloca, dejan de avanzar (ya no es necesario hacer la media luna) y el
mando, con su caballería pesada, se incorporan a la formación.
Después
de varios “tira y afloja“ y de que los íberos perdiéramos algunas
unidades, como la caballería ligera del centro de la contienda y
nuestros jóvenes hostigadores, debo decir que las tropas romanas
salieron muy perjudicadas.
Poco
más se debe contar de esta batalla. Los íberos volvimos a expulsar a
los extranjeros de nuestras tierras, perdimos muy pocos hombres y los
romanos, bastante diezmados, tuvieron que alejarse, dejando atrás a
heridos y equipo.
Lo dicho, una época gloriosa para los nuestros.